
El tamaño de una idea no determina su valor. A veces, una pequeña semilla puede llevar a grandes resultados creativos. Las señales de inspiración y dirección suelen ser pequeñas y sutiles, como un susurro, y para escucharlas, debemos relajar la mente y prestar atención en todos los frentes. Podemos aumentar nuestra receptividad sosteniendo una pregunta suavemente y abriéndonos a recibir una respuesta por gracia, no por esfuerzo.