
Notas curiosas:
Tras la entrega de la ciudad y del Reino de Granada, el rey Boabdil, Abú Abdallah Mohamend Ben Alí se retiró al Albayzín.
En su retiro albaicinero, Boabdil recibió los 30,000 castellanos de oro que Los Reyes de la nueva España (Católicos a partir del año 1,494) le PAGARON POR SU FEUDO GRANADINO. O sea, que El Reino de Granada le fue comprado al rey nazarita y no le fue expoliado ni robado, aunque las diferentes batallas y el acoso subsiguiente le obligaran a pactar su venta. El día 2 de ENERO de 1,492, con la entrega de las llaves de la ciudad al Rey Católico, se le puso fin a la guerra más larga de la Historia de la Humanidad, guerra que duró caso OCHO SIGLOS (777 años) y cuya conmemoración supone la celebración MÁS PACIFISTA que se conoce. El Rey Católico le había pagado anteriormente 20,000 castellanos de oro al Zagal, (tío de Boabdil, hermano de Muley Hacen) y cuando le rindió Almería, y otros 10,000 castellanos más cuando éste (EL Halcón del Islam Granadino) le vendió su feudo alpujarreño. De estos 10,000 últimos castellanos, El Zagal le donó la mitad a su cuñada Zoraya, doña Isabel de Solís. Cuando llegaron a los cerros del Manar (Manar significa Atalaya), el sol de un día despejado empezó a derretir el hielo de una fría mañana de finales de febrero. Y Boabdil apeteció mirar Granada por última vez. Se salió del camino como unos cien metros y, con su caballo, ascendió a una loma inmediata (recibe los nombres de Loma del Viento, en El Padul, y de “Cerro de Las Lágrimas” en Otura). Miró Granada en total silencio, sin que nadie osara musitar ni una palabra,y, cuando se sintió saciado de belleza, arreó a su caballo y reanudaron la marcha. He dicho SIN MUSITAR UNA SOLA PALABRA, porque la historia del llanto es una invención. Boabdil, que fue el mejor esgrimidor de Granada y que intentó varias veces batirse a vida o muerte con su tío El Zagal. En sus momentos de asueto, antes de que le empezaran los problemas dinásticos, en sus entrenamientos, se midió con sus mejores capitanes, como El Manfotec, con El Tarfe o con Musa Ben Abul Gazul, y NADIE LE VENCIÓ. Además, Boabdil fue herido y aprisionado varias veces en combate. O sea, que no poseía un carácter débil ni pusilánime, que no era un cobarde y que no dudó nunca en jugarse la vida. Boabdil fue un hombre muy inteligente que comprendió pronto que su feudo era indefendible frente al poderío cristiano, pero que no aceptó las negociaciones hasta que, en el mes de mayo de 1,491, tomara la fortaleza de El Padul el marqués de Villena, porque esta fortaleza era la llave del abastecimiento de Granada. Era el tercer asalto, a degüello, que sufría esta fortaleza. Es sabido por todos los amantes de la historia, que para los moros granadinos, reyes, ricoshombres e incluso para los más humildes, era un orgullo desposarse con cristianas rubias, de carnes esclarecidas y ojos azules; en cambio, los cristianos apetecían las mujeres morenas y de ojos negros; Además, no fueron los árabes los que conquistaron España, sino los bereberes norteafricanos, comandados por jefes árabes. Y éstos, los conquistadores, vinieron con sus lanzas, pero sin mujeres. Y hubieron de enmaridarse con las romano-visigodas, Por ello, era habitual ver personas rubias entre los moros granadinos y personas muy morenas entre los cristianos. Quizá por ello, del rey Boabdil, hombre de una belleza masculina excelsa, al que quisieron admirar las esposas de todos los señores nobles que combatieron contra él “que Boabdil era rubio, de mediana estatura, más bien alto y esbelto, de ojos claros de luz, tez pálida y semblante tranquilo. Su porte era majestuoso, y en los momentos más difíciles, demostró siempre su valeroso corazón y su arrogancia de raza. Fue bravo en las batallas, y aunque herido su cuerpo, siempre conservó su dignidad de rey, su dignidad de raza y su dignidad de hombre de corazón, a pesar de tantas y tantas amarguras como tuvo que sufrir constantemente su espíritu y su voluntad”. (Leonardo. V. Villena). Anda, resulta que Boabdil era alto rubio y con los ojos azules, que cosas.