
Nacida en Dallas, halló su pasión en la actuación y floreció en Hollywood junto a su esposo, Roman Polanski. Pero aquel 9 de agosto, la Familia Manson, vinculada al ethos hippie, cayó por error en su casa y la mató a ella y a otras cuatro personas.
Su muerte marcó el fin del sueño flower power: el público, horrorizado, dejó de ver a los hippies como símbolos de paz. Aquel acto brutal fue la daga final que derribó el idealismo sesentero. Hollywood despertó atemorizado: las puertas se cerrarían a la inocencia. Se contrató seguridad. Y la contracultura jamás volvería a verse igual.
En aquel verano sangriento, la historia no sólo segó una vida prometedora, sino el eco de una era entera. Porque, en el triunfo de la violencia sobre el amor, se marchitaron, finalmente, los pétalos del "flower power"...
Imágenes: Gentileza de @adoringsharon