
En el Centro Histórico de Quito en las calles Chile y Guayaquil doña Laura Muenala y sus acompañantes le dan musicalización al transcurrir de los días. Miles de personas van y vienen pero muy pocas llegan al recital callejero, el sonar de una moneda suele ser la perfecta disculpa por no poder apreciar la canción completa, el apuro y la rutina suelen ganar. Pero eso no importa, la ”Vasija de Barro” el ”Collar de Lágrimas” y el ”Chinchinal” siguen sonando. Doña Laura Muenala me ofrece la dicha de poder elegir la siguiente canción – la linda ñatita – le digo; y su acordeón da inicio a esa sinfonía de alegre sonido siempre teñido de melancolía, esto no es académico, tampoco estamos en un teatro; esto és el estado puro de la cultura popular, la interpretación más sincera de nuestra música.
Muy alegre y con dos de los volumenes de grabaciones caseras que doña Laura vende, me retiro; el carisma de esta dama del acordeón y su acompañante en la guitarra me han hecho el día. Mientras me alejo voy preguntándome que día volveré, se acerca octubre, mes de días extraños y de seguro le pediré a doña Laura Muenala que me cante aquel pasillo que tanto me gusta, ese… el de ”y yo, ya de vivir tengo pereza”, Sendas Distintas.
Edmoon Difusión 2015.