
El enriquecimiento del uranio está sujeto a estrictos controles internacionales debido a su potencial para contribuir a la proliferación nuclear Organizaciones como el Organismo Internacional de Energía Atómica o IEA supervisan los programas de enriquecimiento para asegurar que no se utilice para fines militares Una vez que el uranio ha sido enriquecido se convierte en óxido de uranio mediante un proceso químico