
La práctica y la adaptación son fundamentales para el aprendizaje y el crecimiento. Tomar descansos y permitir que el cuerpo absorba la práctica es esencial para alcanzar la maestría. Este proceso no solo mejora la habilidad específica, sino que también mejora la concentración y el enfoque, y entrena al cerebro para aprender más efectivamente. Además, este ciclo de adaptación juega un papel importante en la evolución de la humanidad y en el avance del ciclo de creación.