
Las historias que nos contamos a nosotros mismos sobre nosotros mismos y nuestro trabajo son una pantalla de humo que nos engaña y no ilumina lo que es realmente importante: el trabajo en sí mismo y el arte que creamos. Como artistas, debemos dejar ir estas historias y tener fe en la energía que nos lleva por el camino. La obra de arte es el punto donde todos los elementos se unen, incluso en el caos percibido hay orden y patrón. El universo nunca explica por qué.