
La práctica del desapego puede ayudarnos a experimentar eventos difíciles como si estuviéramos viendo una película, permitiéndonos mantener una perspectiva más amplia y abierta a la posibilidad. En lugar de obsesionarnos con los resultados, podemos alejarnos y observar, lo que nos permite ver nuevos caminos y soluciones. La imaginación y el arte pueden liberarnos de nuestras historias personales y culturales y conectarnos con la energía eterna que fluye a través de todas las cosas.