
La "beba milagrosa", como muchos le dicen en el Chaco, había nacido de manera prematura en el sexto mes de gestación pero, según los médicos, sin signos vitales.
"Recuerdo que nos dirigimos a la morgue con mi esposo y unos familiares, y al llegar al cajoncito, tras abrirlo y correr la tela vegetal con la que estaba tapada, Luz empezó a llorar" relató ayer, emocionada, la mamá, Analía Boutet, quien dice que pese a lo dramático de la situación, considera ese día como el más feliz de su vida.
La familia Verón Boutet profesa una profunda fe religiosa, y con esas convicciones la mamá interpreta el caso de su hija como "una obra de Dios". Ahora Luz Milagros se encuentra estable y con asistencia permanente por parte de un equipo médico, y su mamá dice que así como hace poco empezó a asomar el primer diente de Luz, "espero en poco tiempo ver asomar su primera sonrisa"