
El éxito no se mide por popularidad, dinero o reconocimiento crítico, sino por la satisfacción personal de haber hecho lo mejor posible en un proyecto. El éxito popular puede ser engañoso y está sujeto a variables externas fuera de nuestro control. Es importante proteger nuestra comprensión personal del éxito y seguir nuestra pasión y evolución en el trabajo, sin importar la percepción pública. Hacer cada nuevo trabajo como si no tuviéramos nada que perder nos permite crear obras verdaderas y auténticas.