
- En el siglo XVIII, casi todo se hacía a mano. Pero la demanda crecía y alguien tenía que acelerar el proceso.
- La clave fue la máquina de vapor. James Watt mejoró su diseño y, de repente, fábricas, trenes y ciudades empezaron a cambiar el mundo.
- La producción en masa tomó el control. El trabajo dejó de depender solo de la fuerza humana y la historia dio un giro definitivo.