A1 Una Cancion De Amor A2 Con Amor Todo Es Mejor
A3 Love Me, Want Me, Need Me
A4 Dime La Verdad
A5 Pensando
B1 Caminos
B2 Wife
B3 Veronica
B4 Los Cambios En Ellas
B5 Ahi
Sobre el disco:
Disco raro, muy poca información se encuentra en la red, a mi parecer uno de los pocos discos hechos en México en los 70’s con un sonido muy jipi y folk, con la instrumentación de esos entonces flauta, percusiones, piano guitarras, bajo eléctrico y acústico y algo que vale la pena mencionar, pues se encuentra con ellos Roberto Aymes, quien posteriormente será conocido como un contrabajista de jazz y sinfónico muy reconocido y con varios premios en su haber.
Como comentaba no existe mucha información al respecto así que presentamos un extracto del texto incluido en el disco, escrito por José Agustín:
CAMINOS DE ORO (a la devoción sin limites)
Recuerdo con nitidez cuando, en pleno fragor sesentaiochero, Javier Bátiz escuchó, ojos abiertos ad máximum, las canciones de Salvador y Allan, ya desde entonces “Los Dos”. Deberás se hallaba conmovido. Nos encontrábamos en televicentro, donde proliferan las bajas pasiones; sin embargo, en la gran garganta que es el Estudio A, nosotros, viejos rocanroleros, habíamos creado un ambiente cálido, fuego en la oscuridad televisentresca. Fernando Ge, pegando alaridos en la cabina de dirección, ordenaba que encuadraran los collares, el pelo largo, los huaraches…
Dos rostros inmersos en su música cobijados por el grupo que los rodeaba, las luces cegadoras en el techo; y dentro, el surgir alegre, brillante, de la música.
— Encerrados en su visión serena, apacible, Salvador y Allan tenia un magnetismo extraño —quieto— y la música que producían era muy sincera, con algunos ecos donovanianos… Canto portentosamente bien intencionados para que la gente volviera a lo natural, a la naturaleza, a su propia naturaleza interna, envueltos en sonidos cristalinos, el manantial que empieza a gritar. Evidentemente Salvador y Allan eran músicos natos que afinaban ya sus instrumentos; nos hallábamos apenas en la obertura….
… Este nuevo disco representa una gran alegría, luz en el seno oscuro, desértico, antropológico del rock en México, es un experimento valiosísimo por doquiera que se le vea. Implica crear, cada vez mejor música honesta, auténtica, de alta calidad, muy particular y universal, fuera de sistemas nacovisiados. Es también la primera piedra (en inglés, stone; en latín, lapiz) para que nuestro país construya una música estrictamente nacional y sabrosamente rocanrolera al mismo tiempo. Es otra de las inevitables, irreversibles, tomas de conciencia del personal mexicano.
Ayer fue cantar, impulsos bienvenidos,
El Sol se alzaba con luces sorprendentes,
el río y el mar eran parte de sí mismo…
Otra vez soy parte del camino.
José Agustín
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