En Terminator 2, luego de haber sido congelado con nitrógeno, el androide T-1000, comienza a perder sus habilidades de reparación, haciéndolo incapaz de controlar su aspecto humano por momentos y transformándose involuntariamente en los objetos con los cuales entra en contacto. Esto se aprecia aún más en la versión extendida de la película, en donde intenta actualizarse varias veces para corregir la falla.
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