
La vida y el arte son ciclos constantes de muerte y regeneración. Como en la vida, cada final en el arte invita a un nuevo comienzo. Compartir el arte es el precio de crearlo y exponer tu vulnerabilidad es la tarifa. La regeneración surge de encontrar frescura dentro de ti mismo para el próximo proyecto. Cada obra de arte es una marca de tiempo que conmemora un momento de paso y una estación en un viaje.