En los años posteriores a la conquista, cuando Michoacán fue evangelizado y por lo tanto conquistado por los españoles. Los ancianos españoles salian a sentarse por las tardes en las bancas de piedra o cemento que instalaban afuera de sus casas. Caminaban doblados y tocandose la cintura y apoyados en un bastón; ésto lo aprovecharon los indigenas phurepechas y crearon ésta danza para mofarse de ellos, por supuesto que no sabían que eran aludidos con esta danza y reían a carcajadas cuando la veían. La máscara de tez blanca y barbuda asemejaba a aquellos ancianos españoles de la época, así como su forma de caminar.